Creación del Observatorio de Violencia contra Mujeres Indígenas en El Salvador

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En El Salvador, las mujeres indígenas enfrentan numerosos desafíos que van desde la violencia estructural hasta la discriminación. A pesar de esta situación, han demostrado una resiliencia y determinación notables. Este artículo destaca cómo se conformó el Observatorio de Violencia contra las Mujeres Indígenas, con el apoyo de ONU Mujeres.

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El Inicio del Proceso

El observatorio surgió en 2021, después de un proceso formativo que se realizó durante la pandemia de COVID-19; un periodo que planteó nuemrosos retos pero también oportunidades para la formación y el empoderamiento de las mujeres indígenas. Betty, una de las líderes indígenas, explica cómo comenzó este proceso:

"Durante la pandemia, iniciamos un proceso de formación en línea con unas 30 mujeres. Fue un desafío porque muchas no teníamos experiencia ni tecnología desarrollada para estos procesos. Algunas se conectaban desde la casa comunal, otras desde el patio de sus casas. Esto nos ayudó a ingeniarnos cómo aprovechar los pocos recursos que teníamos y cómo aprovechar el único teléfono que tenían en la comunidad."

Identificación de Necesidades y Formación

El proceso de formación permitió a las mujeres indígenas identificar las diversas formas de violencia que enfrentan, desde la violencia económica hasta la patrimonial. Betty comenta:

"Comenzamos a hablar sobre las violencias, un tema bastante desconocido para nosotras. Nos dimos cuenta de que muchas de las situaciones que vivíamos, como que nos gritaran o no nos dieran dinero suficiente, eran formas de violencia."

Fue en este contexto que surgió la idea de crear un observatorio. La propuesta era instalar una defensoría de la mujer indígena. Al no ser factible dentro de la Procuraduría, propusimos un observatorio para visibilizar y evidenciar los casos de violencia.
 

Creación y Desarrollo del Observatorio

Con el apoyo de ONU Mujeres y la colaboración de Canadá, se dio vida al observatorio. Se contrató una consultoría para realizar el proceso de creación, que incluyó la preparación y formación inicial de 25 lideresas indígenas. Con ONU Mujeres realizamos un segundo proceso de formación. Finalmente, con el apoyo de Canadá, desarrollamos la plataforma del observatorio, hicimos la primera encuesta y fortalecimos la capacidad de las lideresas.

La primera fase del observatorio incluyó la instalación de la plataforma y la realización de encuestas que proporcionaron datos valiosos sobre los tipos de violencia que sufren las mujeres indígenas, la edad a la que tuvieron su primer embarazo y los lugares donde sienten mayor discriminación.

Importancia de los Datos Recopilados

Betty destaca la importancia de los datos generados: "Encontrar datos sobre mujeres indígenas en el país es algo único. Nos permite entender mejor nuestra realidad y justificar la necesidad de políticas públicas, proyectos y programas."
 

El Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) también ha mostrado interés en replicar este modelo a nivel internacional, reconociendo la escasez de datos para el trabajo con mujeres indígenas.

Rol de ECMIA y ONU Mujeres

El Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas (ECMIA) ha integrado la instalación del observatorio en su plan de trabajo, promoviendo la generación de datos para informar su labor. Betty resalta que el 47% de las mujeres indígenas declaran sus primeros embarazos antes de los 18 años, lo que limita sus oportunidades y las hace depender económicamente de sus parejas, que frecuentemente  ejercen violencia.

“El apoyo de ONU Mujeres ha sido crucial en este proceso. Han proporcionado recursos y formación, facilitando la creación de espacios seguros donde las mujeres pueden compartir sus experiencias y apoyarse mutuamente” -reconocen las lideresas en el transcurso de la entrevista-.
 

Impacto del Observatorio

El observatorio ha tenido un impacto significativo en la organización de las mujeres indígenas. Ha facilitado procesos de nuevas masculinidades y diálogos intergeneracionales, fomentando la participación de mujeres y jóvenes.

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Betty concluye: "Se han fortalecido y generado capacidades. La participación de las mujeres jóvenes ha sido particularmente destacada, especialmente en el oriente del país."

En resumen, la creación del Observatorio de Violencia contra las Mujeres Indígenas en El Salvador es un ejemplo de cómo las mujeres indígenas, con apoyo y formación, pueden generar cambios significativos en sus comunidades. A través de la colaboración con organizaciones como ONU Mujeres, están construyendo un futuro más justo y equitativo para todas.